domingo, 6 de noviembre de 2016

Trekking por Dolomitas, de Bressanone a San Candido - 4ª Etapa: Ref. Monte Pallidi - Ref. Kostner (Julio 2016)

Vamos a por otro tresmil, y a cruzar el grupo Sella por su mitad. Las paredes que se alzan junto al hotel parecen inexpugnables para nosotros, pero un circo y su valle inferior nos van a permitir subir fácilmente a la lunar planicie superior.
Muralla de grupo Sella. A pesar de esas paredes el sendero es sencillo.
De ahí a la cima del Piz Boè apenas un paseo acompañados por decenas de turistas que acceden en teleférico cerca de la cima. Después disfrutaremos, una vez dejada atrás la cima y la aglomeración, de una corta y sencilla cresta caliza y de la vertiginosa bajada al refugio. 
Cima del Piz Boè con la Marmolada la fondo. Preciosas vistas que no somos los únicos en disfrutar.
Fecha: 07-07-2016
Montañeros: 2
Distancia: 9,52 km
Desnivel positivo: 1.476 m
Desnivel negativo: 788 m
Duración (con paradas): 6 h 15 min
Recorrido: Refugio Monte Pallidi (1.854 m) - Pian de Schiavaneis (1854 m)- Pian de Siela (2.283 m) - Forcella d'Antersass (2.830 m) - L'Antersass o Zwischenkofel (2.907 m) - Refugio Boè (2.873 m) - Piz Boè (3.152 m) - Cresta Strenta - Eissesspitz o Piz Lech Dlacè (3.009 m) - Refugio Kostner o Franz Kostner Hütte (2.550 m).

Dificultad: Fácil. 
Track en Wikiloc:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14416594


Dejamos el Monte Pallidi y el dueño, antes de irnos, se interesa por nuestro destino del día. Amablemente nos explica cómo tomar el sendero, recomendándonos seguir un poco por la carretera, en subida, para tomar la pista que sale a la derecha, evitando así la zona inicial de bosque, en la que hay peligro de perder el sendero ya que están sacando árboles. La verdad es que no le hicimos caso, y nos fuimos siguiendo el sendero, que sale justo detrás del restaurante de al lado, pero realmente se agradece el esfuerzo y la amabilidad.

El sendero (647 hacia Rif. Boè y Pian de Siela), y al menos con track y mapa, se sigue bien. Si acaso, al pasar por la explanada donde almacenan la madera podría haber algún problema,  pero nosotros lo seguimos bien y enseguida llegamos a una pista (la misma que nos decían en el hotel)  que seguimos hacia nuestra derecha. La pista pasa a convertirse en un sendero que comienza  a salvar la pendiente de la depresión en la muralla con unos cuantos zigzags, siempre con paredes verticales a derecha e izquierda.
Iniciamos el camino tras el restaurante junto al hotel Monte Pallidi.
Aunque el camino se "ensucia" por los trabajos forestales, el sendero se mantiene balizado y además es evidente el corte en la muralla del grupo Sella al que nos dirigimos.
A ambos lados, paredes verticales.
Tras la zona de pista, llana, comenzamos a subir.
Encontrándonos a continuación una corta pedrera donde el sendero marcará unos zigzags.
Tras la pedrera una nueva zona llana...
...aunque a nuestro alrededor se mantendrán los paredes.
La pendiente se suaviza cuando llegamos al Pian de Siela, el comienzo de un estrecho circo calizo que me recuerda muchísimo a ciertos paisajes de Pirineos o incluso, salvando las distancias, a nuestro Aizkorri. Altas paredes a los lados, hierba y blancas rocas calizas surgiendo del verde, incluso un pequeño arroyo que lo recorre.
Inicio del Pian de Siela. El camino nos conduce primero por su centro y luego, ya llegados casi al fondo, se desvía hacia hacia la izquierda.
A nuestra izquierda pequeñas cascadas.
Y en el centro del valle, un arroyo. Parece un buen sitio para acampar.
Mirada a nuestras espaldas. Paredes verticales a nuestra derecha y un valle que parece acabar en el vacío.
Seguimos el evidente sendero, que va ganando cota por el centro para luego desviarse hacia nuestra izquierda, donde se eleva en diagonal por una blanquísima pedrera, llegando, tras un flanqueo, a la cabecera de pequeño circo en el que no entramos. Superamos entonces una nueva subida salimos a una planicie lunar  donde aún se mantiene la nieve (gris y blanco mires a donde mires) y es necesario utilizar los postes como referencia para seguir el sendero.        
Salimos del valle ascendiendo, una vez llegamos a su fondo, por la pedrera de la izquierda.
Al blanco de la roca se une el sol. No es un día para ir sin gafas oscuras.
Según subimos aparece a la derecha, al otro lado del valle, la redondeada cima del Sasso Pordoi con su estación del teleférico.
Nosotros entramos en la planicie lunar, aún con neveros en algunas zonas, que nos lleva a la Forcella de Antersass.
Mientras la cruzamos vemos el resto del camino hacia el Piz Boè. Primero hemos de ascender la pequeña cima del centro de la foto (L'Antersass o Zwischenkofel), bajando luego hacia el refugio y subiendo hacia la cima por la pedrera bajo el Piz Boè, justo en el borde derecho de la foto.
Tenemos al Piz Boè a nuestra derecha, pero para salvar los cortes que nos separan de él es necesario que sigamos de frente, alcanzando la Forcella de Antersass. Merece la pena acercarse solo por asomarse al abismo del otro lado y disfrutar de la contemplación de las agujas frente a nosotros.
Agujas vistas desde la forcella.
Bien merecen unas pocas fotos.
A la derecha, arriba al otro lado del profundo valle, el final de la fácil arista que recorreremos más tarde.
Iniciamos la subida, siguiendo los zigzags del sendero, de la “colina” a nuestra derecha. Tras pasar por su cima (L'Antersass o Zwischenkofel) seguimos manteniendo dirección hacia el Piz Boè. Apenas descendemos unos metros para seguir hacia el refugio Boè, ya  a la vista, y pasando delante de él, hacia la ladera del Piz Boè donde ya a esta hora se afanan los montañeros, tanto subiendo como bajando. El truco está en usar el teleférico que desde el Passo Pordoi te sube en un pis-pas al Sasso Pordoi.
De la forcella a nuestra derecha, el L'Antersass o Zwischenkofel. Una pequeña colina que superar,...
...para bajar hacia el refugio Boè, junto al pequeño montículo del centro de la foto.
Pasaremos cerca del refugio camino de la pedrera que nos conduce a la brecha que nos permitirá acceder a la pala final del Piz Boé.
Una primera pendiente nos deja en una bifurcación regulada: la derecha para subir, la izquierda para bajar.  Por la derecha nos encontramos una corta, apenas un par de metros, cornisa con cable. Tener que recurrir a regular el paso e incluso a poner un cable nos indica lo concurrida que es esta ruta.
Hoy no estamos solos. Los montañeros se afanan en la pedrera hacia la brecha.
Brecha en la que nos encontraremos una cornisa con cable.
Cable de esos de "por si acaso" y que viene bien para parase y disfrutar de las vistas.
Superada la cornisa y unos pocos metros más de cable, volvemos a salir a una nueva ladera pedregosa por la que ascendemos hasta llegar a la arista, dónde el sendero gira a la derecha conduciéndonos a la abarrotada cima del Piz Boé. Antenas de telecomunicación, un pequeño refugio  con su terraza, una virgen, una cruz…y apenas sitio libre para sentarse o para sacarse una foto con la Marmolada al fondo.
Tras la cornisa continua el cable unos pocos metros...
...guiándonos a la pala final con su sendero en zigzag que nos dejará en la cresta.
Según subimos aprovechamos para echar un vistazo al grupo Sassolungo, que recorrimos ayer. Se aprecia claramente el montículo, colina verde a la izquierda del grupo, al que llega el telecabina desde Selva.
La subida en esta parte no tiene dificultad. Aunque la nieve en algún punto complica el paso a los menos habituados, afortunadamente para ellos una cuerda fija ayuda a salvar el último nevero.
Cima del Piz Boè. Demasiadas cosas (por ejemplo, la torre de comunicaciones afea totalmente la cima) y demasiada gente para mi gusto.
Pero las vistas son espectaculares, así que se entiende el gentío.
Y si hay tanta gente, no podía faltar un bar. Pequeño, no hay tanto espacio en la cima, y en un día de sol como este, con la terraza abarrotada.
No puedo menos que asombrarme. No estoy acostumbrado a subir a un tresmil y encontrarme esto.
La cima también tiene su cruz, rodeada, como no, de gente reponiendo fuerzas.
Como en este trekking no pasamos por la Marmolada, y sin duda este es el punto del recorrido desde el que vamos a tener mejor vista, aprovechamos para sacarle un buen número de fotos. En todas ellas queda esplendida.
Así que no paramos mucho. Desandamos lo andado por la cresta y cuando el sendero se separa de ésta nosotros nos mantenemos por la arista, es la Cresta Strenta (sendero 672). La cresta, caliza al 100%, no presenta grandes dificultades, aunque en algún punto haya que poner las manos, y es lo suficientemente ancha como para que haya un senderito que la recorre.
Descendemos por la cresta y no la abandonamos en el cruce, sino que seguimos por ella abandonando la "procesión" que asciende o desciende hacia el refugio Boè. Aquí, superado el cruce, miramos atrás, a la cima del Boè.
Este es el desvío, bien señalizado como siempre, y con el aviso de "para excursionistas expertos".
Esta pinta tiene la cresta. Lo suficientemente ancha para que tenga un sendero y sin pasos expuestos.
Tras un tramo más o menos horizontal alcanzamos una nueva cima (Spitze, nos enteramos después que tenía relevancia y era considerado un tresmil). Pasada esa cima la cresta se convierte en una amplia ladera y perdemos cota rápidamente (cable al inicio de la bajada) por una ladera pedregosa.
Salvamos un par de cotas (cable en algún punto) y giramos a nuestra derecha. Tras descender por unas terrazas salimos a una zona llana donde aprovechamos para recuperar fuerzas. Aquí el camino gira a nuestra izquierda y nos brinda una increíble visión del refugio bastantes metros más abajo.
Cable en la bajada, que utilizamos de pasamanos o ni eso.
Vista del recorrido una vez superado. A la izquierda la cima del Piz Boè, a la derecha la del Eissesspitz o Piz Lech Dlacè. Y a su derecha, la pala por la que hemos descendido.
Desde la cresta vemos a nuestra izquierda el refugio Boè, la pequeña colina de L'Antersass y, arriba en el fondo, la planicie lunar que hemos recorrido hace un rato.
Tras bajar la pala nos mantenemos en la cresta, ahora amplia, con pequeños collados en los que todavía queda nieve.
En uno de ellos el sendero se desvía a nuestra derecha, conduciéndonos a una zona llana donde aprovechamos a comer algo con vistas, una vez más, a la Marmolada y a rellenar las botellas con el agua de los neveros.
De la zona llana el sendero se va hacia nuestra izquierda, conduciéndonos entre caliza, a una pared vertical con el refugio Kostner a sus pies.
Siguiendo el sendero entramos en la parte alta de un pequeño circo. Flanqueamos el circo hacia nuestra izquierda por blancas pedreras hasta alcanzar una nueva zona equipada. Utilizando el cable como pasamanos de vez en cuando, y por supuesto como referencia, descendemos una pared muy vertical pero escalonada que nos deja en la parte baja del circo, donde algunos excursionistas que han subido hasta ahí aprovechando el telesilla nos miran como si hubiésemos realizado una gran hazaña por bajar por ahí.
Entramos en un pequeño circo. Recorreremos su parte alta para pasar a la otra vertiente, donde seguiremos los zigzags que se ven en el centro de la foto.
La parte alta es una pedrera caliza, afortunadamente bastante firme y con el sendero bien marcado.
El otro lado es diferente. Los zigzags nos acercan a una pared vertical, en la que el sendero pasa a estar equipado.
Básicamente la pared presenta una serie de terracitas o escalones por los que el sendero baja, buscando siempre el camino más practicable. El cable viene bien, ya que da un apoyo extra y un plus de seguridad, pero es un tramo asequible.
Salimos del valle y dejamos atrás la pared. Unos cuantos excursionistas se han acercado hasta el inicio de la subida, pero parece que solo para sacar una foto, ya que nadie trepa por ella.
Con el Refugio Kostner-Franz Kostner Hütte ya a la vista (un coqueto refugio con increíbles vistas de la Marmolada y pequeñas habitaciones todas en madera), seguimos sin más dificultades el sendero hasta su puerta. Bueno, la mayor dificultad del día es confiarse y tratar de hacer dos cosas a la vez (andar y sacar fotos) en este tipo de terreno, así que directamente me tropiezo y me caigo frente a la puerta. Si alguien pensó que bajar por la pared era una hazaña seguro que ahora piensa que visto lo torpe que es este tipo es algo al alcance de cualquiera. Yo también lo pienso (y subscribo lo de torpe).

El entorno del refugio, estamos a 2.500 m, es muy recomendable. Paredones calizos, ...
... con magníficas vistas al otro lado del valle...
y de la Marmolada.
En el refugio esta era nuestra habitación. Todo en madera, con chocolatina en la almohada y bolsa de agua caliente, para las noches más frías...
...aunque también apetecía salir a disfrutar de unas "birreti", ya que estas eran las vistas desde el porche.
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